lunes, 8 de septiembre de 2008

Creencias interrumpidas.

Estado General:

Hay ocasiones en las que uno se desorienta... pierde el norte, o la dirección a la que se dirige con tanta seguridad y firmeza, se convierte en un rumbo incierto. El timón con el que tan confiado se encontraba uno, se endurece y se niega a maniobrar con soltura... e incluso, el mar en el que se navega, hasta ahora tratable, ruge y sacude tu nave como si no hubiera mañana... y la lluvia arrecia, y el viento agita las velas con saña, y el cielo se vuelve oscuro y tenebroso.... y entonces, uno se desorienta... pierde el norte.

Mira su cuaderno de notas, con la ruta marcada y dudas de si es correcto seguir, o es mejor dar la vuelta... elegir otro rumbo.

Porque dudo.

Después de tantos pasos dados, tengo mil dudas. Me replanteo mi filosofía de vida. Mis convicciones están bajo una tormenta de sospechosas dudas... todo esta en tela de juicio, y ahora mismo no puedo decidirme, no puedo sojuzgar, no puedo encontrar la ecuanimidad ni el centro... no quiero ni encarar ni que me encaren.... no quiero empezar un confrontamiento que no me llevará a ningún puerto. A mejor dicho, no quiero ir al puerto al que me lleva.

Por otro lado no se si merece la pena... no se si estoy en lo cierto.... no se si realmente lo he hecho mal... no se nada. Me he apagado, como se apaga la luz cuando se da al interruptor. Y me siento tan vacía de contenido, tan absolutamente hueca que puedo sentir el eco de mis pensamientos perderse en la resonancia interior, infinitamente...

Quizá, tengo que sujetar el timón con fuerza y mantener el rumbo... cuando la tormenta amaine, puedo comenzar a pensar con claridad... puede que, incluso decida empezar de nuevo desde el principio del Principio.

No hay nada de malo en revisar conceptos. En limpiar y examinar cada uno de los pasos que me han llevado hasta aquí...

Porque si ya no creo en lo que creía, tengo que comenzar a creer en otra cosa.

2 comentarios:

regaliz dijo...

¿No cree usted en lo que creía o las circustancias le han hecho difícil que siga creyendo en lo que creía?. Parece lo mismo, pero no es igual porque las circustancias son precisamente eso "circustanciales" y luego cuando pasan a lo mejor descubre que sus creencias si que eran válidas (incluso lo eran en lo más duro del temporal) y que no tenía usted porqué haberlas cambiado (sobre todo si el cambio lo que "mayormente" le produce es frustación),o puede que no ¡¡¡vaya usted a saber!!! que tenga usted razón y que sea necesario desmontar todo su andamiaje y volver a montarlo desde cero, ahora no el garantizo que una vez montado no le vaya a salir parecidísimo al que ya tiene, después de todo entre "principios irrenunciables", "prejuicios educacionales y sociales" y cabezonería propia, es muy muy difícil modificar determinados planteamientos ¿no cree?.
¡Anda que plantea usted unas tesituras los lunes a primera hora, que pa que!

Didier dijo...

La cosa es Regaliz, que hay ocasiones en que las "circunstancias" te hacen reconsiderar tus "creencias". Esto, en su lectura positiva, tiene algo bueno: lo que no vale lo eliminas, lo que si vale se consolida.

Las crisis son, si se sabe hacer, una herramienta de crecimiento bastante positiva.

Despues de revisarse uno mismo, seleccionar cual es tu propia mierda, relegar lo que es de los demás, se puede comenzar a reconsiderar cual es el fallo en la teoria o el acierto.

Hay veces que nos empeñamos en hacer algo de una determina manera, y aunque la teoria no es mala ... el modo de llevarlo a cabo es lo que jode el invento. :-/

PD: Y si lo siento pero hay veces que UNO TIENE RAZÓN!, al menos la mayor cantidad de razón que se puede tener en un total... y eso hay que valorarlo.
Gracias por estar al quite, guapa.