viernes, 29 de febrero de 2008

Mercromina y tiritas.

No es difícil olvidar que se ha sido pequeño.... que se ha tenido una edad en el que los sueños tenían cabida y ,por supuesto, se cumplían. En aquella época, demostrábamos una fuerza inagotable y eramos un proyecto aun sin malograr.

Cuidábamos de nuestros hermanos pequeños cuando nuestros padres no podían... curábamos las heridas que se hacían jugando, los defendíamos de sus agresores, y procurábamos que no se metieran en problemas ... unas gotas de mercromina, una tirita y seguíamos con lo nuestro.

Crecemos.... a trancas y barrancas, a golpes, a impulsos y a equivocaciones pero crecemos y nos hacemos mayores. Y perdemos mucho más que la frescura en nuestro rostro, o la tension en nuestro cuerpo.... nos perdemos a nosotros mismos, a aquellos que fuimos. Y muchas veces la añoranza de aquello no nos permite vivir a quienes somos ahora.... y los hermanos mayores ya no podemos ayudar demasiado a los pequeños porque ni las gotas de mercromina ni la tirita hacen mucho en las heridas que reciben.

Como una mamá gallina que cuida ufana de sus polluelos, las hermanas mayores tenemos toda la vida la sensacion de que el bienestar de nuestros hermanos es nuestra exclusiva responsabilidad, por eso cuando algo les pasa no podemos evitar pensar que hemos fallado como guardianes... incluso cuando pretenden tratarnos como si fuéramos mas pequeñas que ellos, incluso cuando nos atacan o nos mienten, incluso cuando sabemos que solo podemos ver y esperar, esa mama gallina interior nos susurra que no hemos llagado a tiempo para evitar el mal ... claro, que seguramente hemos estado viendo el venir, intuyendo lo que iba a ocurrir, esperando no se sabe a que para intervenir... aunque es muy difícil intervenir sin demostrar un celo que podría ser interpretando como "paternalismo", y no dejar que sean ellos los que crezcan con "sus estos y sus otros"...

Puede que un día, mis hermanas vean en mi a esa persona que les cuido cuando eran pequeños, y que cambiada o no, sigo teniendo el mismo chip de mama gallina, y que llevo un set de primeros socorros como un San Bernardo el barril de ron... y puede que un día, alguna de ellas me dedique una sentida canción en agradecimiento por "los servicios cumplidos", aunque lo haya hecho de un modo alturista y de mil amores... y puede que no, que a la larga les haya hecho mas mal que bien, o incluso, lo que es peor, que nada de lo que he tratado de hacer, haya servida para nada.

2 comentarios:

regaliz dijo...

Yo también soy hermana mayor, Didier, yo también me sigo preocupando y agobiando por mis hermanas pequeñas (3) y pensando que son responsabilidad mía aunque ahora ellas piensan que la que ha pasado ha necesitar depender de alguien soy yo (no andan descaminadas, tampoco).
Es díficil no intervenir cuando estás viendo que se la van a pegar, incluso a veces aunque no lo veas y sólo lo pienses porque ¡póbrecitas qué débiles e indefensas son! pero en la mayor parte de los casos ellas agradecen que no te metas en sus cosas y te quedes calladita, después de todo es su vid ay son ellas la que tienen que vivirla, pero el instinto sigue estando allí.
Afortunadamente, yo he derivado parte de mi instinto de mamá gallina (según mi pareja ymis propias hermanas no el suficiente) hacia mis hijas, pero con "las pequeñas" ¡lo siento no puedo evitarlo! (probablemente tampoc quiera hacerlo)

regaliz dijo...

pasar a necesitar ¡no pasar ha necesitar!