lunes, 11 de febrero de 2008

De tristezas y liricas.



Todo tenemos, en nuestro corazoncito, secretos inconfesables que nos guardamos tan,tan profundamente que hay veces que hasta nos olvidamos de ellos... pero, como ponzoña venenosa, nos intoxica invisiblemente y de algún modo, nos hace sentirmos mal o "sucios" sin saber el motivo real. Descubrir donde esta la herida infectada, a veces es muy dificil.... volverse a mirar por dentro para encontrar el origen del dolor punzante, es tarea para los muy valientes, o para los muy masocas.

Si hay infección, no esta curado. Y lo que no esta curado, no nos deja avanzar.

Luchar contra quienes fuimos y contra lo que hicimos es una lucha inútil, que no da tregua a una paz que no nos damos. Quizás el olvido sea lo mas sensato, pero no lo mas sano.... yo no olvido. No puedo olvidar.

Pero, aunque no se si la receta vale para todos, tengo muy presente lo que hice, porque lo hice e incluso me he perdonado... me he perdonado, y he perdonado a todos los demás. Demasiado peso a mi espalda como para seguir cargando con ello, así que hace ya tiempo me deshice del rencor, de la furia, de la suciedad o la culpa.... pero no olvido.

Quizás mi tristeza y mi melancolía, devenga de la cicatriz que se que hay en mi interior. Que ni duele, ni escuece, ni supura... pero como un viejo volcán, en apariencia apagado y calmo, existen partículas de lava de la culpa y de la vergüenza pequeños rescoldos que no acaban de morir del todo.

Yo entiendo a quienes guardan como una vergüenza infecta, los secretos de su corazón. Yo compadezco a quienes no curan esas heridas perdonándose y perdonando. Yo, como una pecadora mas, como la peor de todas, comprendo la espiral autodestructiva sin ningún sentido aparente.

Cuando miro en los ojos de la gente, hay veces que duele "saber" lo que cuentan... cuentan el vacío que el terror pinta en ellos, la angustia que el miedo y la inseguridad aprieta sus niñas, la infinita tristeza y desilusión que tintan las pupilas... toda una historia de secretos en los ojos de la gente, de la que quiero, de la que conozco, de la que me cruzo.

Para mi, la salida a ese dolor siempre ha sido la creatividad, la búsqueda de lo espiritual, el viaje a mi dialogo interior con diversas practicas, el autoconocimiento, el conocimiento de los demás... no hay respuestas absolutas, hay veces que incluso no sabemos cual es la pregunta... esa es mi respuesta a la desazón que pica mi alma desde niña... seguir la pista hacia delante... seguir mi pista hacia delante... tintando mis pupilas el color de la esperanza para que nadie vea en ellos la infinita tristeza que guardo en mi corazon.

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