jueves, 14 de febrero de 2008

Mentiras verdaderas.

Como la verdad es relativa, es de suponer que la mentira también lo sea.

Hay mentiras piadosas, por omisión, por descaro, por supervivencia, por necesidad, por costumbre, por sistema. Las hay pequeñas, grandes ... grupales o individuales. Con relevancia o sin ella.

Dentro de un contexto determinado, una mentira puede enriquecer el relato. Fuera de contexto , desprestigiar al narrador. Salvar situaciones momentáneas, convirtiéndose en una espada de Damocles que acabará cayendo sobre nuestra coronilla.

Una de mis hermanas dice que para ser un buen mentiroso hay que tener buena memoria, porque vienen encadenadas normalmente y hay que acordarse de todo el hilo argumentativo. Mi yaya decia que la mentira tiene las patitas cortas, pero hay quienes son "profesionales" de no decir la verdad, o de decir una mentira relativa, o una mentira verdadera.

Para mi, las mentiras son como pelotas de goma-espuma, de distintos diámetros, que van cayendo dentro de una urna de cristal donde estamos nosotros metidos.... mientras haya sitio, podemos movernos con ellas. Cuando este abarrotada la urna, las mentiras nos aprisionaran, pero al ser de goma-espuma podemos movernos entre ellas con mas o menos dificultad. Pero llegado el momento, a cada paso que demos o cada movimiento que intentemos, las pelotas saldrán de la urna . Extendiendo su radio de influencia claustrofóbica.

Cada verdad que decimos, de algún modo, libera espacio de acción.

No voy a negar que también miento, mas mal que bien, en ocasiones.... antes mentía mas..... Soy de las que miente más bien por omisión, hay cosas que no son relevantes en la historia, o motivaciones personales que no vienen al caso... o porque decir la verdad es mas molesto que decir una mentijilla de las que no tienen repercusiones a nivel externo, o al menos si la tiene no es relevante.... o cosas asi.

No es por nada pero mentir, mentimos todos .... y no voy a ser yo la que tire piedras en el tejado de nadie, ni la que acusadoramente señale, ni la que venga con arengas moralizantes de la verdad y esas cosas.

Vivir amordazado y arrinconado por nuestras propias mentiras ya es bastante terrible, como para que te vengan tocando las narices con moralinas...

Yo solo comento: vivir metido en una caja llena de pelotas, es, a lo menos, bastantes incomodo.... y allá cada cual con su cualauná.

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