martes, 3 de junio de 2008

Viviendo realmente.

Estado General:

Por mucho que uno se empeñe en disfrazarlo, o incluso en decorarlo, las cosas son como son. Los seres humanos tendemos al engaño con una facilidad pasmosa, antes que a encarar las cosas tal y como son las cosas.

La realidad es un hueso duro que nos golpea en la cabeza una y otra vez, o un perro rabioso que nos persigue hasta mordernos el culo, o una ola gigante que acaba por tragarnos por mucho que corramos en la huida. Tarde o temprano, sin consideración alguna del momento.

Tratamos de cargar con el muerto de nuestra realidad siempre a otros, la posibilidad de que tengamos algo que ver con lo que no nos gusta es algo que no podemos sobrellevar. Es tan pavorosa esa idea, que antes de enfrentarse a los errores, a la lucha interna, a la toma de decisiones, la consiguiente ejecución y la aceptación de las consecuencias derivadas, somos capaces de dañar y dañarnos, mentir y mentirnos, desvirtuar a tal punto las cosas, que a veces, no reconocemos al perro rabioso aunque nos arranque un cachete. Entrando en un vertiginoso estado de tensión auto-destructiva que acaba ,como lo hacen los tornados, con todo lo que apenas roce... engullendo lo bueno, lo positivo, lo hermoso... hundiéndonos en una tiránica burbuja letal, que acaba con nosotros poco a poco.

Dios puede que no exista, el universo pude ser un lugar enorme y vacío, puede que estemos solos como especie evolucionada, quizá las consecuencias de nuestros actos solo son terrenales. Tal vez nadie cuida de nosotros, excepto nosotros. Y la vida es tan puta como parece.

Y, como decía un viejo amigo mio jardinero, en la quinta esencia de la filosofía en zapatillas: "azin é".

Tal vez, cuando un entiende que así es, que no importa lo que fue, o lo que será, que es lo que es... cuando se acepta con serenidad que las cosas están tal y como terroríficamente hemos presentido, es cuando podamos arremangarnos, encarar las situaciones e intentar cambiar lo que no nos gusta. Asumiendo que somos nosotros los que no ponemos en situacion limite, que somos nosotros mismos lo que partiendo de un punto lejano ya, casi desdibujado en la lejania, completamente distorsionado, nos ofrecemos en bandeja la cinta dorada con la que nos tapamos los ojos y los oídos... dejando que a nuestra espalda, ruja y se autoalimente de nuestro rencor la mas gigantesca de las olas, que ladre a nuestra espalda el mas loco de los perros.

Y entonces, cuando nos alcance...... entonces, ay de mi!... ay, de nosotros!.

4 comentarios:

regaliz dijo...

Me pone muy nerviosa eso de “si la cosa no tiene solución ¿por qué lloras? (no sirve llorar sobre la leche derramada) y si la cosa tiene solución ¿por qué lloras? (búscala)” Pues no señor, lloro, primero y principal porque me da la gana (eso es importante) y segundo si no tiene solución lloro porque a lo mejor la hubiera tenido y no he sido capaz de encontrarla y porque la situación es penosa aunque no tenga solución y además porque siempre tiene que quedar el recurso al pataleo. Y si tiene solución lloro porque no sé si seré capaz de encontrarla, porque no sé si será la solución (decisión) acertada, porque puede ser acertada para mi pero dañar a otros, porque entre que la encuentro o no lo encuentro la historia duele,….
Como ve, señora Didier no es fácil asumir eso de “azin e”, puede llevarnos de un lado a conformarnos con el mal y llorar eternamente y por otro a luchar contra elementos invencibles para intentar cambiar lo que “azin e” y no podríamos hacer a la medida de nuestras fuerzas.
Reconocer nuestra limitaciones y saber que probablemente seamos los últimos ( y quizá los únicos) delo que nos ocurre es prácticamente imposible (ponerlo aquí por escrito parece sencillo pero aplicárnoslo en nuestra vida diaria es otra cosa) y eso unido al pavor que nos produce la toma de decisiones es lo que nos lleva a no querer ver, a mentir y mentirnos, a dañar a los que queremos por la falta de acción y a querer a toda costa cargar con la culpa al vecino del tercero, a los elementos configurados en nuestra contra o al mal fario que nos echó la gitana de la esquina.
No se puede luchar contra eso, quizá sea más fácil autoconvencernos de que sea de quien sea la culpa, hayan pasado las cosas por lo que hayan pasado a lo mejor podemos poner nuestro granito de arena para que cambien a mejor ¡quien sabe! A lo mejor no vale de nada pero quizá sólo quizá aunque no solucione nada, aunque el embrollo, o el perro rabioso siga ahí tan amenazador como siempre nos haga sentirnos un poquito mejor con nosotros mismo.
En cualquier caso, la reina del “no fue mi culpa y ahora ya no se puede hacer nada” no es quien para dar consejos

Didier dijo...

Las cosas mas sencillas, son las mas difíciles de llevar a cabo, y son muchas veces tan fáciles las cosas!. Pero nos empeñamos en complicarlas tanto! con tantas excusas!.No le parece?.

Dios me libre de hacerme el gran totem para la humanidad, yo soy la peor de todas, Regaliz, por eso me aplico tan duramente mi propia medicina.

Nos guste o no, si uno es de Cuenca, morenote y bajito... puede tener tooodas las pretensiones del mundo de quere ser sueco, rubio y de 1'90.. pero la realidad es que NO SE ES ASI. Azin é.

Todo es mejorable, cambiable, renovable... si, pero eso no nos ha de servir de excusa para no asumir que lo que es és....

Ud. puede llorar hasta quedarse seca, paralizarse por la duda y el temor hasta convertirse en piedra, puede que metiendo la cabeza en la arena creerá que la cosa no va con ud. aunque mientras tanto la estén dando por c.... es ud. libre.

Pero despues: seca, hecha un piedra y d p'olculo se encontrara con su realidad... azin é.

Y perdoneme, por que creo que con esto le he dado a ud. en una tecla, que duele.

regaliz dijo...

Duele si, Didier, habitualmente mi realidad no me gusta, o no me gusta tanto como debiera (digo yo) pero no sé hasta que punto tiene que ser asi por cojones, quizá las posibilidades de cambio sean lo suficientemente grandes como para que me parezca otra y no la que es, a pesar de que es más que probable que me limite a lloriquear y a seguir diciendo que no me gusta y que si es asi no es mi culpa, en lugar de intentar modificarla aunque sólo sea un poco.
De todas maneras si es así ¿de que sirve intentar cambiarla, por qué no conformarme con el pataleo y las quejas, con el esconderme o engañarme, ….? Y además quien me garantiza que si aguanto lo suficiente “seca, hecha una piedra y d p'olculo” la realidad no cambiará por si sola o esta es única e inamovible (y si es asi vuelvo a lo anterior de qué sirve intentar cambiarla)
Los que saben de estas cosas dirán que no hay querer ser rubio, sueco y de 1,90 que basta con aprender a quererse moreno, bajito y de Cuenca y que ambos son igual de válidos, de guays, con las mismas posibilidades, etc..Como ve la teoría me la sé muy rebien (pero sigo sin creérmela), la práctica es otra cosa, lo compruebo a diario.

Didier dijo...

Bueno, esperar que la cosa cambie por si sola es tan valido como intentar cambiarla,no?.

Aceptar las cosas como están en un momento determinado, no es obice para no intentar mejorarlas. Lo que si es cierto es que somos nosotros los que hacemos una realidad u otra dependiendo de nuestras acciones y nuestras decisiones, o la falta de ellas.

La aceptación, como cuando se es enfermo terminal, es el comienzo de empezar a dejar de sufrir...el comienzo de otras posibilidades, la posibilidad de encarar las cosas con otro espiritu... creo yo.

Y si, es cierto para que tanta tontada,no?... al fin y al cabo todos vamos a acabar en el mismo sitio, no?.

Esa decisión también es personal, e intransferible...licita,respetable, aquí de lo que se trata es de vivir lo mejor posible, aun cuando nosotros o nuestras circunstancias no nos sean favorables.

Digo yo que se llore si es lo que apetece, Regaliz..se de patadas a las latas, se mate al perro, si es lo que se ha decidido hacer... pero que hay que vivir nuestra realidad aceptada, intentando no morirse en ello por no hacerlo.

Besotes.