martes, 15 de julio de 2008

Cinco pasos, un peldaño.

Estado General:

Posiblemente sean necesarios esos pasos para superar cualquier situación que no nos guste, o situaciones altamente extremas como la muerte, las enfermedades terminales o los estados emocionales alterados.

Hablo, como no, de los cinco estados anímicos a los que la Dra. Elisabeth Kubler-Ross se refirio: Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación.

Para mi, el paso mas peligroso es el penúltimo paso, la depresión, en el que uno puede perderse e incluso eliminarse y no conseguir el premio a tanto esfuerzo emocional. Sentir que ya no se quiere seguir, tener la perentoria sensación de desaparecer de una vez por todas, no encontrar absolutamente nada que te retenga incluso cuando tienes todo lo que a una persona le pueda hacer feliz... claudicar sin concesiones ... no se si calificarlo como cobardía extrema o como egoísmo supino o como un derecho que se tiene sobre uno mismo y su permanencia en la vida.

La vida, nacer, es algo que no nos consultan. Nacemos por cincuenta mil motivos o por cincuenta mil casualidades. Vivimos por múltiples razones, excusas o costumbres.... ¿y morir?. Podemos elegir cuando hacerlo, obviamente. O bien esperar a que nos toque como a todos en este espacio-tiempo, o hacerlo de a pocos. Suicidarse mediante actividades peligrosas, con una vida disoluta, o morir por dentro... Convertirse en una especie de fantasma emocional, quitando todo el posible sabor a las cosas. No importarnos nada, ni sentir nada, ni querer nada, no amar nada.... vaciarse, presurizarse... entonces, ¿porque no lo hacemos?....¿porque no LO HACEMOS? porque nos quedamos esperando a ver que pasa... a ver si se revienta, a ver si algo-alguien nos revienta y acaba con todo de una vez.... claro que hay quien en su desesperación lo hace, lo intenta... lo consigue.

Pero si se tiene un poco de paciencia este penúltimo pasa nos trae de vuelta... nos trae de vuelta a este mundo impreciso al que nadie nos pregunto si venir... pero que es.

Nos trae de vuelta a las cosas buenas que tiene la vida.... porque para morir, siempre hay tiempo. Siempre hay excusa.... siempre hay motivos. Lo realmente dificil, es vivir... querer vivir... desear vivir.... estar.

Quizá todo sea una especie de fachada fashion, "cool", esa especie de desgana presuicida .... como una lucecita de reclamo en espera de que alguien nos dé lo que ni nosotros sabemos que queremos... y como no lo sabemos, o no nos atrevemos a confesarnoslo, entramos en una especie de espiral absorvente donde engullimos todo lo que nos rodea, toda la luz, todo color hasta quedarnos en una oscuridad tenebrosa generada por nosotros mismo... y solo nos queda, ya, morirnos.

No se, tse..... ya, es que a veces no os entiendo.


*Fotos "cedidas" por http:// imagenesgoticas.blogspot.com/

2 comentarios:

regaliz dijo...

Cobardía, Didier, sobre todo cobardía y quizá algo de autoengaño (quizá somos conscientes a algún nivel de que si aguantamos un poquito más, a lo mejor mañana conseguimos llegar a ver un poquito de esa luz de la que todos nos hablan), por eso aguantamos aunque sea anclados en esa depresión de la que no queremos salir.
Sin embargo, Didier a mi el paso que me parece peor es la Aceptación (¡vaya por dios, tenía que venir Regaliz a estropear el happy end!) porque por mucho que nos empeñemos y alcancemos ese estadio de aceptación, las cosas jamás vuelven a ser lo mismo y generalmente no sólo son distintas si no que suelen ser peores. Aceptar es resignarse, abandonar, dar por finalizdaa una etapa, asumri que se acabó y eso duele, duele mucho y además no creo que determinadas cosas lleguen nunca aceptarse del todo (quizá nunca he sido capaz de llegar al final del proceso, ¡fijese qué cosas pme hace plantearme!)y la cicatriz queda ahí, sangrando de vez en cuando, pero tu te haces la loca porque se supone que ya lo has aceptado, lo malo es cuando por lo que sea tienes que volver a recomenzar el proceso y a lo que estás viveindo se suman todas esas falsas aceptaciones que arrastras,....
No sé, yo tampoco entiendo nada

Didier dijo...

Aceptar las cosas como son no es, creo yo, resignación. Es la puerta para el comienzo de otra cosa, de otro plan, de otra oportunidad.

Las cosas nunca son las mismas, porque todo esta en constante movimiento... nosotros no somos los mismos, las circunstancias no son las mismas...e intentar que todo se paralice es como intentar para el sol, o el aire, o el tiempo.

Todos llevamos cicatrices, ellas nos recuerdan lo vivido, el peligro, la supervivencia... son como las canas, una adorno mas para un superviviente.

Y nadie promete, que una vez asumido, aceptado y progresado no se vuelva a tropezar de nuevo... cayendo o no... porque, básicamente, los humanos nos caracterizamos en eso... en ir aprendiendo a trompicones, y que no por mucho esquivar deja de estar "eso", ahí.

Entender no entenderé, pero retoricaaaa... tengo un rato :-).