miércoles, 19 de noviembre de 2008

L'air du temps.

Estado General:

Cada mañana, después de arreglarme un poquito, me perfumo según me siento, me visto e incluso voy peinada... mi afición a las colonias y a los perfumes es conocida en mis círculos cercanos. Considero que el olfato, uno de los instintos mas primitivos, que nos dejan recuerdos, mucho mas allá de lo que los ojos nos dejan en la memoria.

Como la crisis esta haciendo mella en mi perfumarío, no tenia mucho donde elegir, y al fondo me encontre un tarro semilleno y me rocié con el... y de repente, cerrando los ojos dije: "huele a mama".... por un instante, tuve cerca su presencia gracias a la memoria olfativa.

Mi madre.

Ha tenido que estar revolviendose en su tumba este verano pasado... por lo mucho que se le ha mencionado, por lo todo que se le ha culpado, por todo lo que se le ha reprochado. Muchas palabras envueltas en sentimientos duros, reproches en tono hostil... trabajos personales desmitificando nuestra culpa, aprobechando para mirar porque hacemos lo que hemos hecho...

Por mucho que escuche, por mucho que entienda o comprenda o comparta algunos de esos sentimientos, yo no tengo nada que reprochar a mi madre.

Ella representa para mi lo ilógico de la vida, lo variado y variopinto. Aquello que esta fuera de nuestro control, que no podemos meter en una lista o en una caja para que no salga, viva y respire solo porque es diferente a uno mismo. Me enseño que había mas de lo que yo veía, no solo en lo esotérico, sino que también en la vida real hay personas que son distintas a las que consideramos "normales". Me mostró un mundo lleno de personas alternativas, me enseño a escuchar a todas... a respetar la diferencia. A apreciar la diferencia que había en mi, potenciarla. Estudiarla. Aceptarla.

Mi madre era de esas personas que viven según su albedrío... apurando la vida con todo lo que habia que apurar, bueno y malo... sin mirar a los lados. Tambien sé que sufrio mucho, y que como era una superviviente, utilizo los limones que la vida le daba para hacerse una limonada. Incluso utilizo los limones de los demas, y dio y repartio su limonada y la tuya...

Durante mi adolescencia fue mi gran rival, a la que preferían mis amigos antes que a mi... mi hermana consiguió ser su amiga... yo quería a mi madre, ella no podía darme nada mas que la persona que era, yo no estaba aun lista para esa persona... y ni siquiera eso le reprocho.yo intente ser una buena hija para ella, y la di disgustos ... aunque también me tuvo cuando me necesito. Es ahora, en mi madurez, cuando hubiéramos podido ser amigas...

Yo tengo buenos y malos recuerdos de mi madre. Pero si he de elegir, me quedo con lo que realmente me aporto algo. Sueños que encendieron mi infancia, horizontes que despertaron mi adolescencia, batallas que encaré en mi juventud... en el fondo, siempre he querido ser como ella: inteligente, con carisma, hermosa, desprendida... pero solo me quede en mi, y aun eso es mejor que ser otra persona gracias a ella.

Hoy, envuelta en su olor-recuerdo, he tenido la revelación de que no le guardo rencor, de nada. Cuando uno no esta ya entre los vivos, las cosas que hizo o no hizo dejan de tener importancia... ya no se puede responder ante el Tribunal de los Reproches. Las cosas se arreglan o se aclaran en vida, cara a cara... aunque nos aterre la perspectiva de sincerarnos, de que nos hagan daño, de hacerlo... porque luego es tarde.

Porque luego, el aire del tiempo se lo lleva todo para no volver.

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