
En realidad fue Lucky Luke quien me introdujo en el fantasioso mundo de los amores improbables, ya que el y su desesperada soledad, su triste sonrisa y su siempre final solitario hacia nuevas aventuras, empezaba a dibujar el perfil del hombre que me iba a dar mas sueños tórridos solitarios.


Aunque creo que ya mi corazón lo había elegido a el hacia tiempo, cuando hizo de Eduardo
Manostijera, y esos oscuros ojos, y esa tristeza en el semblante , por aquel entonces, mi improbablemente ejecutable pasión por un nuevo Johnny, esta vez Deep, empezaba a dar sus primeros pasos... es al único que sigo viendo como mi hombre ideal a pesar del tiempo... y solo fue ocasionalmente manchada mi absoluta devoción por el, durante un cortísimo periodo de tiempo por Vincet Donofrio por culpa de una película de lo más romántica... pero fue una pasajero apretón ante mi firme e inquebrantable adoración por Johnny.
Esto no es obíce para que encuentre otros amores improbables en los nada
poco rechupeteables Leonardo di Caprio y Julian McMahon... objetos, ambos dos, de mis mas lujuriosos pensamientos, nada abstractos ni castos. Porque cada uno de ellos tiene un ratico con esta mujer de mediana edad, y un sitico en su corazón... y que me decir de Manuel Quijano.... sé que Johnny lo entiende, porque sabe que sigue siendo el numero uno.
Que que coños, las mujeres tenemos fantasías sexuales de ayer y hoy, imposibles unas, poco probables otras.... que nos calientan, o que nos han calentado... o que nos calentarán.... en las tristes noches....
Con permiso de mi Johnny... (y de mi churri, y de mi churri....)



Que que coños, las mujeres tenemos fantasías sexuales de ayer y hoy, imposibles unas, poco probables otras.... que nos calientan, o que nos han calentado... o que nos calentarán.... en las tristes noches....
Con permiso de mi Johnny... (y de mi churri, y de mi churri....)
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